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Alimentación y salud mental

Alimentación y salud mental

En este artículo sobre la alimentación y salud mental, Cada vez más las investigaciones científicas tienden a relacionar no solamente la salud física sino también la salud mental con la alimentación. Pero ¿ocurre lo mismo con la salud mental?, ciertos nutrientes hoy sabemos que pueden ayudar en los siguientes casos: aliviar los síntomas de ciertas enfermedades mentales, aumentar, en ciertos casos, la efectividad de los medicamentos o disminuir los efectos secundarios de algunos medicamentos.

Por otro lado, la falta de algunos nutrientes en la alimentación o una alimentación pobre podría estar asociada con el desarrollo de algunas enfermedades mentales. En personas con distintos tipos de enfermedades mentales se ha encontrado una carencia de los siguientes nutrientes:

  • Ácidos grasos poliinsaturados (pescados y aceites de plantas).
  • Minerales como zinc (carnes, granos, legumbres y leche), magnesio (vegetales de hojas verdes, nueces, granos), hierro (carne roja, vegetales de hojas verdes, huevos, algunas frutas).
  • Vitaminas, como distintas vitaminas B (vegetales de hojas verdes y cereales fortificados, lácteos, levadura y granos=. Y vitaminas anti- oxidantes, como la C y la E (frutas y vegetales).

El cerebro humano tiene una exigencia energética muy alta, con requerimientos nutricionales muy especializados, lógicamente esto implica que un buen estado nutricional es muy importante para la salud mental, si la calidad nutritiva de los alimentos que ingerimos es pésima podrá contribuir al desarrollo de alguna patología metal, como puede ser la depresión.

Relación entre la comida y el estado de ánimo

Pese a la enorme cantidad de investigaciones relacionadas con la alimentación, no es fácil explicar qué conexión existe entre la comida y el estado de ánimo. ¿Pueden las enfermedades mentales mejorar o empeorar en función de los alimentos que componen nuestra dieta?

Parece que así es, que una alimentación sana, como sucede con la dieta mediterránea, puede reducir el riesgo de depresión.

No obstante, no existe una dieta saludable que funcione por igual para todos los grupos de edad. De hecho, deben diferenciarse los distintos grados de madurez cerebral derivados de la edad a la hora de valorar el papel de la alimentación. “Los adultos jóvenes todavía están formando nuevas conexiones entre las células cerebrales y, por lo tanto, necesitan más energía y un mayor aporte de nutrientes. Debemos considerar un espectro de cambios en la dieta y el estilo de vida basados en diferentes grupos de edad y sexos”, argumenta la doctora Lina Begdache.

La práctica habitual de ejercicio y el desayuno diario son positivos para el bienestar mental de las mujeres jóvenes. En cambio, el desayuno implica una mayor tasa de angustia mental para las mujeres de más edad. Además, el consumo moderado de lácteos y de carne favorece la salud mental en los hombres jóvenes. Por el contrario, la comida rápida y la cafeína tienen efectos negativos.

Estudios científicos

El hospital McLean, afiliado a la Universidad de Harvard, condujo un estudio sobre la relación entre la depresión y los alimentos, que fue publicado el 15 de abril del 2005 en el “Issue of Biological Psychiatry”. El resultado de este estudio demostró que para tratar la depresión ciertos alimentos son más efectivos que las pastillas. Los investigadores encontraron que los ácidos grasos Omega-3 y los alimentos con un alto contenido de Uridine son capaces de reducir los síntomas de la depresión en igual o incluso mayor medida que tres diferentes medicamentos antidepresivos que se usaron para el estudio. Estos nutrientes se encuentran en el pescado, las nueces y las melazas, entre otros alimentos.

Por otro lado, los investigadores de un segundo estudio titulado: “Changing Diets, Changing Minds” (“Cambiando Dietas Cambiamos Mentes”) afirman que existe un amplio rango de nutrientes que resultan indispensables para el cerebro y la salud mental. Estos nutrientes se combinan entre sí para permitirle al cerebro desarrollarse y funcionar adecuadamente. De acuerdo con este estudio, una dieta rica en frutas y vegetales, granos enteros, cereales, legumbres, nueces, semillas, carnes magras y aceite de pescado ayuda a mantener nuestro organismo saludable y nos protege de ciertas enfermedades. Mientras que una dieta que contiene demasiados elementos que no son saludables o que no contiene nutrientes esenciales es probable que afecte el funcionamiento de nuestro cerebro y por consecuencia a nuestra salud mental.

Otro estudio de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) confirma que “existe una creciente evidencia de un vínculo entre una dieta pobre y el empeoramiento de los trastornos del estado de ánimo, incluida la ansiedad y la depresión”. El trabajo demuestra que existen algunas áreas donde el vínculo entre dieta y salud mental es claro. Por ejemplo, las dietas altas en grasas y bajas en carbohidratos ayudan a los niños con epilepsia. También un déficit de vitamina B12 repercute en fatiga, mala memoria y depresión.

Conclusión alimentación y salud mental

Una alimentación saludable influye para bien en la salud física es una evidencia médica demostrada que ya nadie discute. Con este artículo, también observamos como contribuye la dieta a una mejor actividad cerebral y al estado mental de las personas. Las dietas ricas en alimentos procesados, azúcares y grasas se asocian a desequilibrios emocionales e incluso a cuadros depresivos. Mientras, el consumo de frutas, verduras y pescado ayuda al equilibrio emocional. una alimentación sana, como sucede con la dieta mediterránea, puede reducir el riesgo de depresión además de mejorar nuestra alimentación y salud mental.

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